El tema de la restauración siempre trae controversia, ya que cada bibliófilo tiene sus propias ideas y gustos que son los que deben prevalecer en última instancia; aunque el restaurador siempre deberá aconsejar al dueño del libro sobre los métodos que darán mejor resultado en ese volumen. Las técnicas para restaurar un libro dañado son múltiples, y cada artesano empleará las que considere más adecuadas, de acuerdo a la experiencia acumulada tras años de trabajos y de enfrentamientos con libros que han supuesto grandes retos para él.

Un libro está hecho de materiales orgánicos frágiles y perecederos que sufren procesos de degradación y también tiene agentes de deterioro que lo atacan. Esto hace que sea imprescindible que las obras afectadas pasen por las manos de un experto, aunque esta tarea es lenta y no se puede restaurar todo lo que se quiere.

         Como cada libro es único (por su valor, por el tipo de papel, de tintas, etc.) y porque puede ser afectado por distintos agentes de deterioro, la decisión de adoptar unas u otras técnicas para su restauración no es sencilla.

         Según lo publicado por la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones de bibliotecarios):

         “Los medios técnicos para realizar de la mejor manera los objetivos de conservación y restauración, deben decidirse siempre conjuntamente por bibliotecarios y por expertos en conservación y restauración. La elección de los materiales para los tratamientos debe reposar sobre bases establecidas por las autoridades científicas. El tratamiento deberá llevarse a cabo por o bajo el control de expertos perfectamente formados.”

         La IFLA también dice:  “El proceso de degradación es irreversible. La restauración en el sentido estricto de la palabra es, por tanto, imposible. La restauración de un documento dañado consiste en la estabilización y la reconstrucción del objeto deteriorado, utilizando el material original en tanto en cuanto sea posible funcionalmente, y también materiales nuevos cuando sea absolutamente necesario. Este procedimiento implica siempre que alguna cosa se cambia. Determinadas propiedades de los materiales originales serán conservadas en detrimento de otras, y corresponde al bibliotecario decidir si se puede o no aceptar este cambio. La finalidad de la restauración es la de obtener un objeto nuevo restaurado, que conserve hasta donde sea posible las cualidades funcionales, visuales y táctiles del original.”    

         Aquí se destaca al bibliotecario como el que decide si se puede o no aceptar el cambio, pero en la práctica el que decide generalmente es el equipo de restauradores que se hace cargo de la pieza y valora las técnicas y sus resultados en la obra a restaurar.

         “Los criterios primordiales para decidir la elección de materiales y de técnicas serán: la garantía de durabilidad, la seguridad y, mientras sea posible, la reversibilidad del proceso. Las ventajas que puedan ofrecer la rapidez, el bajo coste de tratamiento y la facilidad de obtención de los materiales, deberán considerarse como secundarios.”

             Algunas ideas  a tener en cuenta a la hora de decidir restaurar una pieza libraria:

• Hay que tener cuenta el valor que tenga la obra a reparar, pues nunca  la restauración debe ser más cara que el propio libro. 
• “... no debe emprenderse una restauración a menos que se compruebe que es absolutamente inevitable.” ¿El porqué de esta afirmación? Es que la restauración en varios casos (siempre dependiendo de la magnitud del proceso) perjudica mucho la durabilidad del volumen.
• Los productos y los tratamientos de restauración se deben adaptar a los problemas a resolver. Por ejemplo, la cola que se va a usar tiene que ser eficaz sin deteriorarse. 
• Hay que sopesar que los productos y los procedimientos sean eficaces e inocuos. Los productos aplicados sin precaución pueden ocasionar deterioros posteriores. Por ejemplo, el blanqueado del papel es eficaz estéticamente, pero en breve plazo destruye más que conserva.
• En todo momento debe poder deshacerse la restauración de un libro. Si los productos o materiales empleados pueden ser nocivos, hay que retirarlos.

Mariela del Carmen Garcia. Encuadernadora

mdcg1979.diinoweb.com/files/Publicados/

 mdcg1979.diinoweb.com/files/Publicados/